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Mongueka es el nombre kogi de la ezuama, aldea construida en la mitad de la selva para la realización de ceremonias de "pagamento" a la madre de los animales. Este es el momento de consolidación de la unión entre la comunidad kogi de Santa Rosa y la Fundación Nativa para proteger las últimas dantas (Tapirus terrestris colombianus) de la Sierra Nevada de Santa Marta.
El trabajo clásico de conservación de la biodiversidad realizado, deja ver que no es suficiente si queremos evitar la extinción prematura de la biodiversidad. Hoy nos damos cuenta que es necesario al lado de la investigación científica biológica, reflexionar seriamente sobre la coherencia que el mundo "civilizado" defiende, ya que ésta es la responsable de la destrucción sistemática de la naturaleza.
En este sentido, Mongueka hará que la presencia kogi en esta selva de nuevo sea permanente y esté al tanto para evitar la tala de árboles y la caza furtiva. De igual manera es la sede de nativa para continuar los trabajos de conservación en relación con el monitoreo de la población de dantas y de otros animales presentes, la restauración forestal con especies nativas como el árbol de guaimaro, (Brosimum alicastum) principalmente y un lugar de encuentro con esta cultura prehispánica llena de coherencia natural que no ha parado de defenderse de la modernidad arrolladora y que ahora su ejemplo de vida es una fuente de estimulación e inspiración para reflexionar sobre nuestra postura frente a la naturaleza.
Durante cuatro noches seguidas, los integrantes de la comunidad de Santa Rosa hacen música, bailan y realizan pagamento guiados por el máma. Familias enteras se trasladaron al lugar, mientras en el día los hombres acumulan la leña, preparan los alrededores para sembrar el fique de sus mochilas, y toman los frutos para el consumo como el plátano, guineo, guandul, aguacate, yuca, ñame, guamas, mandarinas, para que las mujeres preparen estos alimentos y con la mejor disposición inicien al terminar el día el momento de la fiesta.
Esta integración cultural para defender la selva, es la mejor formula que permite adelantar en el difícil proceso de la conservación de la biodiversidad y así "unir pensamiento", como dicen Los kogi, para garantizar el futuro de su comunidad junto al de todos.