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Las Dantas de Páramo Mueren en Risaralda

Foto del escritor: franz k. florezfranz k. florez

Actualizado: 12 mar


Las muertes de las dantas en la cuenca del río Otún en Risaralda, no son un evento aislado del 2025, corresponde a un problema sanitario que supera por lo menos el año y sigue. Esta realidad tan catastrófica para el Tapirus pinchaque y el ecosistema que habita, ha espantado la tranquilidad en los interesados del bienestar de estos animales, hace que el cotidiano se altere pensando que hacer para reaccionar adecuadamente al problema. Todo lo anterior es lo que me ha empujado a escribir, de un lado información de la maravillosa especie que se esta muriendo y del otro lo que pienso que se pudiera hacer, en la sola intención de enriquecer con ideas que quizá no trasciendan, pero si me ayuda interiormente para soportar la tragedia y me saca de la sensación de ser solamente un espectador mas, que le da igual que vivan o que se mueran las dantas del Otún.


Entre 1.91 y 0.171 millones de años, fue el tiempo en que la danta de Páramo (Tapirus pinchaque) se separó como nueva especie de la danta amazónica o de tierras bajas (Tapirus terrestris), de acuerdo con los estudios genéticos realizados por el profesor PhD. Manuel Ruiz Garcia y colaboradores en la Universidad Javeriana de Bogotá 2024, convirtiéndose en la especie más joven de todas las cuatro especies de dantas conocidas en el Mundo. Su historia natural esta cargada de hazañas que le han permitido atravesar cambios climáticos que moldearon el planeta, superando inimaginables adversidades y expandiéndose cuando las condiciones le fueron favorables, convirtiéndola en uno de los mamíferos vivos mas raros del planeta.


Los avances en la biología molecular nos ha permitido viajar al pasado lejano y así entender como por ejemplo: que en los últimos 125.000 años, la danta de Páramo experimentó un aumento poblacional, entendiendo que durante este tiempo se dio una fuerte glaciación, con periodos muy fríos que formaron grandes nevados en lo que hoy es Colombia, cuando el Pleistoceno terminó y comenzó el Holoceno, la época actual hace 11.700 años. Durante este tiempo muchas especies de mamíferos vivieron fuertes disminuciones poblacionales, pero la danta de Páramo no. Cuando los glaciales en Colombia iniciaron a retroceder hace 35.000 a 25.000 años, la expansión de la danta de páramo fue máxima, seguramente porque aprovecharon los nuevos territorios que se liberaban del hielo dando paso a la vegetación, porque la temperatura aumentó junto con las lluvias. Hay evidencias de esta época en donde el lago de la Sabana de Bogotá y los bosques de Roble crecieron, llamado este periodo Guantía por el notable científico holandés Thomas van der Hammen en 1985. Posteriormente ocurrió un nuevo periodo extremadamente frío hace 11.000 a 10.000 años llamado Abra del Norte de los Andes por otro paleontólogo holandés de nombre Clapperton en 1993, que de nuevo tuvo un efecto letal para los mamíferos más grandes como el Gomphoteriidae emparentado con los elefantes, el perezoso gigante, los Notongulados grandes y el famoso Smilodon o Dientes de Sable, que se extinguieron pero la danta de páramo no y esto pone a pensar que haber sobrevivido le aumentó su importancia para la dispersión vegetal que hacían algunas especies extintas, confiriendo un protagonismo definitivo hasta el presente, para el mundo vegetal de la alta montaña.


La danta de páramo o danta de montaña, tiene un tamaño a los hombros de 90cm, una longitud de 1.8m y un peso al rededor 150kg, habita los páramos, pastizales y selva de niebla de los Andes en Colombia, Ecuador y Perú. En efecto esta especie es muy reconocida por ser dispersora de muchas semillas, el especialista en esta especie Craig Downer, documentó mas de 50 especies de plantas andinas que germinaron en las heces de la danta de páramo en Ecuador, tomando el crédito de la especie jardinera de las selvas altas. Esta sola función ecológica, en mi pensar, le daría los méritos como para que su imagen se destacara en el escudo de alguno de los tres países donde aún vive, digo, o por lo menos en nuestro caso tener el reconocimiento de la sociedad como el mamífero Nacional Colombiano, al contar además con detalles históricos que nos unen como Nación a esta especie y, de esta manera darle visibilidad permanente. Cuando el mundo desconocía a este bello animal, un científico del Museo Nacional de Historia Natural de Paris - Francia, François Desiré Roulin viajó a Bogotá, invitado por el Vicepresidente de Colombia Francisco Antonio Zea para ayudar a crear escuelas de ciencia en la nueva República, en su estancia en Bogotá pudo darse cuenta de la cacería de un “pinchaque” como así era llamado por los locales del páramo de Sumapaz al sur de Bogotá, él colectó el craneo y la piel y luego con un colega suyo Goudot, colectó otro ejemplar en la Cordillera Central en la unión del río Juntas con el río Combeima en Ibagué - Tolima. Con estos dos ejemplares hizo en 1829 en Paris la descripción de la nueva especie de danta o tapir, definiendo la locación tipo o lugar de descubrimiento al páramo de Sumapaz en el sur de Bogotá.



Con esta pequeña reseña de este Perisodáctilo, no solamente quiero llamar la atención de su valor ecológico, sino también que es un sobreviviente del tiempo y que en nuestras manos está su futuro, ya sea de su extinción o de su conservación. Pienso que por arriba de todos los aspectos que encarna este animal, está el derecho y respeto a su existencia y nos debe sacudir por dentro, al menos un poco, lo que está sucediendo en Risaralda, evidenciar muertes de estos animales en donde la causa mas definida es el gusano barrenador que concentra la responsabilidad no es suficiente, hay más preguntas: ¿porqué la mosca de este gusano aparece de manera novedosa en estas altitudes?, ¿porqué las dantas son las afectadas, al parecer especialmente machos?, así iniciamos a entender que son muchos los factores permanentes acumulados que acompañan estas muertes de dantas que hoy conocemos y que faltan por conocer.


En el inicio del siglo XXI, pude acompañar la primera expedición para capturar una danta de páramo en Colombia, en el territorio donde se están muriendo. https://www.youtube.com/watch?v=a0Wedslb_uY&t=2s recuerdo haber visto cultivos de árboles de pino, mucha selva de niebla y pastizales nativos en el páramo,

seguramente habían algunas vacas junto a casas campesinas muy rudimentarias en la parte alta de la cordillera, pero no predominaban. Recuerdo con mucha claridad a Joel Moya, Arnobis Garcia, Jairo el Caleño, los arrieros Harold Augusto Rivera, Gustavo Rivera y Rafael el cocinero, todos campesinos con quien compartí muy de cerca esta importante expedición científica, siendo estas las personas clave para que se cumplieran los objetivos de atrapar a dos dantas de páramo (Tapirus pinchaque) para hacerles telemetría satelital con el apoyo del veterinario brasileño Paulo Rogeiro Mangini, en ese entonces no habían veterinarios colombianos con experiencia en atrapar dantas libres. Han pasado casi 25 años y como es la ley de la existencia, todo cambia. Quince años mas tarde regresé a la cuenca del río Otún, notando la evolución del territorio, descubrí el festival del gallo ornamental en el Corregimiento La Florida muy cerca de Pereira, una vida rural agrícola y turísticas activa y los potreros para el ganado normando que es de doble propósito, carne y leche. Subí por el sendero de Cortaderal y disfruté muy emocionado el sentir de estos caminos que permiten vivir aún el cambio paisajístico altitudinal de los maravillosos Andes, hasta llegar a la casa campesina muy bonita llena de flores, habitada por la familia de apellido Machete Machete, habitantes permanentes que ofrecen alojamiento, alimentación y calor humano incomparables, estar allí es un gran lujo por la sensibilidad que produce la naturaleza. En frente donde me alojé una cascada muy

curiosa, porque claramente se ve la silueta de dos gorilas que se besan y en el punto de contacto escurre el agua de la cascada. Para ese entonces el señor de apellido Machete era el que tenía las mulas y permanentemente recorría con visitantes el camino que atraviesa de arriba a bajo la reserva natural. Producían un queso delicioso que vendían en un restaurante mas abajo y se sentía la responsabilidad por mantener de la mejor forma el territorio.


En la tarde, sin pensarlo llegó un momento de dialogo especialmente con la madre y su hijo adolescente, sobre la historia de esta familia con un apellido tan particular por el hecho de haberse unido dos primos. La primer pregunta que hice fue: ¿… y las dantas? Con emoción me comentaron que justamente en frente, en la base de la peña con forma de gorilas hay un “chupadero”, es decir un floramiento de aguas minerales que las dantas de páramo visitan con frecuencia obligada, para tomar los minerales de estas aguas, necesarios para el buen funcionamiento fisiológico de estos grandes mamíferos, a veces se ven solitarias, de a dos dantas o tapires, que seguro son pareja porque sabemos que estos ungulados son monógamos o la madre con su cria, sin embargo me complementaron que las cercas de los potreros les obligaban a pasar muy al descubierto y quizás por eso preferían venir en la noche, muy temprano o en el crepúsculo. En cualquier caso las dantas ya sabían que los campesinos no las cazan y reprenden a los perros para que no las persigan. Los Machete están acostumbrados a vivir con estos herbívoros, las conocen después de muchos encuentros sobre el camino, que vale la pena decir que en ese entonces eran ellos los que recogían la basura que dejaban los visitantes y se incomodaban con exploradores furtivos que se atreven a permanecer en campamentos provisionales por varias noches sin ningún control en estas montañas. Esta familia comenta que ellos llegaron antes de que se declarara el territorio Parque Natural y por eso reclaman su estancia y buscan como armonizar con todas las condiciones y políticas de un Parque Natural Nacional, para esa época que los visité en el 2016.


Los Machete me compartían como la ganadería se integra bien con la biodiversidad, al punto que me hablan que los cóndores están pendientes de la mortalidad del ganado, en especial de las crias y lo fácil de verlos cuando sucede algún parto, que aprendieron a matar neonatos y que de todas formas dejan que los cóndores se alimenten, sintiendo que están favoreciendo la biodiversidad del Parque. También me hablaron como el oso de anteojos caza terneros, no muy seguido, pero lo hacen. En toda la conversación se podía sentir que esta familia era consciente del significado de vivir en estas montañas con estatus de conservación de la naturaleza y que ellos eran los mas preocupados por el bienestar del Parque y sentían que al contrario de salir, podrían oficialmente ser parte de él y ayudar a cuidarlo.


Tres noches pase en tan bello lugar, al regreso por ese maravilloso camino pensaba que cualquier estrategia de manejo para este parque natural tan especial tenia que considerar la presencia campesina y que con voluntad política de todas las partes, es posible beneficiar los intereses del Parque, los campesinos y la economía que forma el turismo de naturaleza. Era evidente que el ganado ya era una actividad importante de la economía campesina con el ”queso del páramo”, a pesar que la agricultura se concentraba en la parte media de las montañas y en el páramo el cultivo de la papa no dominaba en ese entonces, si inquietaban a las autoridades ambientales, pero las propuestas al desalojo campesino no prosperaban, ni tampoco ninguna otra propuesta, una especie de nudo ciego que lo único cierto es que todo se mantenía. Recalco que todo lo dicho son solamente mis percepciones, al final lo que más me reconfortaba era que la cacería de dantas se había olvidado y eso hacia sentir que de alguna forma se acomodaban las dantas con los campesinos ganaderos, agricultores y los turistas.


Pasaron luego otros años, como cinco y un amigo ingeniero forestal me contacto para decirme que justamente se encontraba trabajando en un proyecto forestal de propiedad de un extranjero muy preocupado por la naturaleza nativa y que estaba intentando comprar mas predios para favorecer a las dantas y el oso principalmente, por medio de mantener una actividad económica forestal controlada que junto con el turismo internacional de naturaleza puede ser una formula eficaz, sin embargo la presencia de fincas ganaderas lo dificultaba, en especial como es natural con el ganado, las cercas de alambre de púas lo dividen todo, principalmente los terrenos planos que ahora las dantas no pueden estar. Sin embargo en los terrenos en estas montañas del extranjero, había quitado las cercas para el ganado y el efecto fue muy rápido de ver dantas de páramo donde antes no se veían.


Hoy en el año 2025, la realidad de las dantas es otra, seguramente el ganado en la región de dantas aumentó y con él los problemas asociados a esta explotación pecuaria también se hicieron presentes, como lo son la miasis o gusaneras ocasionadas por las larvas de la mosca Cochliomoyia  horminivoras que ante cualquier herida en la piel, la mosca hembra siembra sus huevos y al nacer las larvas comen tejido vivo que el ganadero puede controlar, al darse cuenta del problema, atacándolo con medicinas y eliminando los parasitos de sus bovinos. Lo que se sabia es que esta mosca no habitaba las partes altas y muy frías, seguramente el cambio climático y el ganado hizo que ahora la mosca se hiciera presente. Este problema sanitario ocasiona perdidas económicas importantes en la producción ganadera y por eso es que Estados Unidos hizo un control en Panamá, por medio de una estrategia de producir machos estériles de esta mosca, para liberarlos desde avionetas que sobre vuelan grandes territorios. Las hembras solo se aparean una sola vez en su vida y si el macho es estéril entonces no se reproduce. De esta manera han evitado que esta mosca les llegue a su inmensa ganadería y generen perdidas, así han podido controlarla con relativo éxito https://www.youtube.com/watch?v=eb6JdDYVQ2I


Ahora la mosca del gusano barrenador llegó para quedarse en las montañas y páramos de Risaralda y quien sabe en que otros lugares, los ganaderos salvan a sus animales, pero a las dantas libres nadie las salva, es imposible atraparlas a todas para ver si tienen miasis o gusaneras, tratarlas y luego liberarlas para que sigan su vida como lo han hecho en estos páramos y selvas de niebla por miles de años, sin la garantía de que no se vuelvan a contaminar. Se sabe que las dantas muertas en los últimos años son machos y esto hace pensar que en las luchas por las hembras en épocas reproductivas, los machos se causen heridas leves, porque estos herbívoros tienen colmillos, abriéndole la puerta a las moscas. También se pueden abrir la piel con tantas cercas de alambre de púas con las que conviven, o con cualquier punta de algún árbol, o con alguna herida provocada por depredadores como el oso de anteojos o por perros ferales si es que los hay, en cualquier caso es una situación muy grave que en mi entender no se puede controlar fácilmente, a menos que Colombia instale una planta de producción de machos estériles de esta especie de mosca y utilice avionetas para liberarlos por todas partes y así superar este problema que esta matando a las dantas y seguramente a otras especies, quien sabe.... Esta solución es difícil imaginarla en un país como Colombia, por lo menos a corto plazo, mientras tanto las moscas siguen haciendo de las suyas, entonces que hacer ?


Escribo en el propósito de socializar un punto de vista de esta situación, solamente como un apasionado por estos animales que le ha dedicado mucho tiempo a conocerles y ayudarles como sea posible. En mi opinión esta situación plantea un escenario inédito que requiere una reacción proporcional a la dimensión del problema, que se incubó por mucho tiempo sin darnos cuenta y ahora solamente estamos padeciendo su primera expresión, que por todo lo visto puede seguir el curso catastrófico, pero tambien la naturaleza nunca termina de sorprendernos cuando se trata de defender la vida, solamente estamos obligados a estar muy cerca de las dantas libres y reaccionar.


Lo que imagino es que se construya un centro de dantas en la cuenca del río Otún, para ir reclutando individuos saludables y, si están enfermos poderlos atender y sanar. Al tiempo en Parques Naturales Nacionales, donde esta especie existió y hoy no, hacer lo mismo, un centro de dantas con fines de refaunación, para progresivamente recibir e ir evacuando individuos de la zona de muerte y ser llevados por ejemplo al Parque Natural Nacional Sumapaz, lugar donde se descubrió esta especie y en la actualidad no existe, o Chingaza en donde aún queda un vestigio de esta danta en el páramo los Organos, pero en la mayoría del Parque hace mucho tiempo que las dantas desaparecieron y en efecto hay otros Parques Nacionales o Reservas Naturales que podrían se contempladas dentro del habitad disponible para esta especie, que están vacíos de dantas y de ganadería. La reproducción en cautiverio de esta especie es viable y el otro aspecto determinante es que el ultimo estudio molecular para esta especie realizado por el PhD. Manuel Ruiz Garcia y colaboradores, https://www.nativa.org/_files/ugd/a1d556_67e5ccbda6c343e2923e7d0ff04eaedc.pdf demostró la inexistencia de estructura genética espacial, que en perspectiva de conservación no deberían haber consecuencias genéticas si los animales son traslocados, sabemos también que la población del Parque Natural Nacional Los Nevados es la mas diferenciada genéticamente y esto debe considerarse, sin embargo si a donde llegan no hay dantas, esto podría no ser un problema. Mientras se hace todo esto, se debe acordar también finiquitar o por lo menos disminuir progresivamente en Parques Naturales Nacionales la ganadería extensiva en especial para carne, como norma y que Colombia entre en el programa de controlar la mosca con los machos estériles. La prioridad para el País de la biodiversidad como se vivió en la COP16 en Cali, debe ser proteger con todos los medios posibles, por lo menos en los Parques Naturales Nacionales a toda la comunidad viviente nativa que los habita, adaptando la forma de vida de la gente que se encuentra en estos Parques en razón al bienestar de la biodiversidad. En este sentido, una propuesta es cambiar la producción de carne roja bovina extensiva por la producción de carne roja del cuy, que es mas saludable, de mejor calidad proteica y es nativa del ecosistema de la danta de páramo, esta cadena productiva debe ser considerada, un legado de la inteligencia ancestral que data su domesticación hace aproximadamente 11mil años por los humanos cazadores recolectores que habitaron el altiplano andino colombiano, demostrado por el eminente Thomas van der Hammen. Debemos como sociedad entender que estas montañas con dantas no están adaptadas para las vacas en potrero, ni lo estarán y en cambio si para el cuy (Cavia porcellus), una ganadería prehispánica que los Parques Naturales Nacionales andinos debería ser considerada como parte de las adaptaciones de los que viven en estos territorios protegidos, reemplazar la carne roja del bovino que llegó hace 500 años con los españoles para invadir lo nativo, por la carne roja del cuy que protege la salud del que lo consume, y hace que un negocio pecuario no destruya el ecosistema donde vive la danta hace cientos de miles de años y todo lo que vive con ella. Con esto se eliminarían muchas cercas de alambre de púas, progresivamente disminuiríamos el inventario de ganado bovino en los Parques Naturales y de paso también disminuimos la producción de Metano que eructan estos poligástricos, causantes del cambio climático tanto o más que el humo de los motores.


El Mundo ha cambiado y debemos pensar el futuro de forma distinta a lo que nos acostumbramos. Acá me permito hablar sobre mi profesión, seguir formando veterinarios solamente para la ciudad, el campo, los animales silvestres en cautiverio, faltando aún de manera decidida el veterinario de selva en un país de selvas, es un aspecto a considerar. Este caso de las dantas del Otún nos grita a los encargados de la salud de los animales, la necesidad de que cada Parque Natural Nacional tenga a un veterinario que entienda adecuadamente el escenario de la fauna libre al lado de la doméstica, que lidere la aplicación de la medicina preventiva y la epidemiología en cada Parque Natural Nacional o privado y de esta manera tener la capacidad de confrontar adecuadamente todo lo que se viene en este nuevo Mundo para defender la biodiversidad del principal problema, la codicia.


Debemos hacer que las escuelas de zootecnia enseñen Caviacultura, no puede ser que el único ganado nativo prehispánico (Cavia porcellus) de Colombia, sea ignorado en la formación universitaria de la ciencia responsable del negocio de la producción de proteína animal para la alimentación humana, exceptuando a la facultad de zootecnia de Pasto en el Departamento de Nariño, por obvia razón.


Termino diciendo que este problema de las Dantas de Páramo, supera por muchísimo en su gravedad al ya famoso problema de los hipopótamos del Magdalena Medio y nos obliga como Nación a encontrar el acuerdo social, académico, profesional, científico, institucional y político para demostrarnos como sociedad la grandeza o bajeza que significa ser colombiano frente a la biodiversidad.


 
 
 

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